2006/11/19

Sin título

Todos estos días han sido una sucesión de conclusiones en mi vida. Hay momentos en que esto pasa, se concluyen muchas cosas de manera seguida, pero hoy acabo de terminar el único asunto al que, estúpidamente, le di importancia. Recuerdo una cita donde dicen que los párrafos verdaderamente penetrantes se logran al estar totalmente deshecho emocionalmente. No sé como va a repercutir esto, tal vez me vuelva aun más ácido y sarcástico de lo que ya soy, tal vez empiece a escribir cosas de verdad o simplemente desaparezca por un buen rato, de cualquier manera todos pueden irse al demonio, ya nada me mantiene atado a nada.

2006/11/15

El límite del universo

Acabo de regresar de llevar a un cabrón a su casa hasta la punta de la chingada, y todo por culpa de una mujer. El tipo este se le acercó a mi (lo admito, y me veo cursi haciéndolo, lo sé) interés sentimental y le pregunta si conoce a alguien que pase por la pasada del camión porque ya se tiene que ir. Ella le dice que yo voy para allá.

Tipo: Oye, tu de casualidad vas por la parada del camión, es que está lejos y ya es de noche y...
Yo: Si, yo tengo que pasar por ahí.

Volteo y veo dos ojos de mujer viéndome fijamente y pidiéndome silenciosamente así de "por favor, por favor, que yo no lo quiero llevar" y con esa carita tan hermosa como manipuladora que tan útil le es a las mujeres.

Yo: Pues vámonos pues.

Total, ya estaba medio aburrido.

En el camino me perdí y pasamos por unas de esas callesitas en las que caben medio pinche carro y eso muy a huevo. Mientras encontraba una calle conocida el cabrón este me iba haciendo plática de que si Isengard y el Valhalla y que sus compas le dicen que vive en Asgard y los Ents y no se que cosas bien pinche ñoñas, que las entiendo, pero como que no son un buen tema de plática general.

El: Ah, creo que ya pasó el último camión... ¿de casualidad vas al norte?
Yo: (chingada madre)... si, te dejo por ahi ¿no?
El: Si, si vemos a un camión me dejas o busco un taxi o algo.

Pasamos la parte poblada de la ciudad y todavía ni a mi casa llegábamos.

El: Mmmm... ya es de noche, a ver como le hago.
Yo: (sé que me voy a arrepentir de esto)... Pues si tu casa no está muy muy lejos te llevo.
El: No, está cerca, según lo que me dices, sólo está un poco más allá de la tuya.

Y ahí íbamos, ya empezaba la carretera a Juarez, los últimos postes de luz ya estaban muy, muy atrás. Si el pinche universo no es infinito, el límite debe estar cerca de la casa de este infeliz.

El: ¿Ves esas lucesitas allá lejos?...
Yo: (¿Tu casa es la última pinche lucesita que se ve?)
El: ...métete en esa colonia y te vas hasta el final.
Yo: Putísima madre.
El: ¿eh?
Yo: ...nada (putísima madre)

Ya que lo dejo en su casa me devuelvo y TENGO QUE SEGUIRLE A LA CARRETERA HASTA ENCONTRAR UN RETORNO.

Y todo eso por hacerle un favor a una mujer. Nota mental: No hacerle favores a NADIE.

2006/11/08

Ark va a comer

Si hay algo que me gusta de esta dizque ciudad es andar a pie por las calles de su "centro histórico" (que ni es el centro ni es histórico), perderme un poquito y comer en esos lugares que no llegan a ser restaurantes pero ya dejaron de ser simples puestecitos de comida callejeros... como una jovencita que está pasando a ser una mujer o un renacuajo que está transformándose en una gloriosa rana.

Y es que en esos lugares, cuando se encuentran, siempre pasa algo interesante aunque sea algo totalmente falto de emoción, se disfruta tanto que la ingesta de comida pasa a ser algo aburrido que se hace mientras se pone atención a los pequeños pero espectaculares detalles.

El otro día fui a comer y mientras lo hacía (comer) veia como un viejito cortaba unos filetes con un cuchillo afiladísimo y la mirada más fría y sedienta de sangre que he visto, apuesto que recordaba sus antiguos días de asesino en los callejones sicilianos durante su juventud. Hoy me senté frente a una pareja que estaba rompiendo, algo que debió ser muy mal visto ya que el lugar era bastante grande y solo estábamos ellos y yo comiendo, y digo, si ellos me estaban viendo comer yo tenía derecho a escucharlos ¿no?. Ella lo estaba abandonando, el lloraba sobre su torta de pierna mientras las cocineras chismeaban con la cajera y el olor de unas papás fritas quemadas se metía en mi nariz. Con un leve movimiento lo miré a los ojos y comenzó un debate sin palabras:

Yo: Jeje, te está dejando.
El: Lárgate, no me mires, estoy triste y sufriendo.
Yo: Jeje, te está dejando.

Ella lloraba vacíamente como para hacerle ver que también sufría, pero no era cierto, ya tenía todo planeado, había practicado cada palabra mil veces antes de venir. Despues de todo, supongo que tenía razón, llevarla a un lugar así, lleno de gente como esa no es muy romántico.

Quería ver sus caras de nuevo mientras se iban, fui comiendo asi, así, así, cada vez más lentamente pero ellos no se iban, pero yo si tenía que irme.

Y me fui.