PoEMO

Ya estoy hasta la chingada de los putos emos. No acostumbro escribir groserías aquí porque no me parece necesario, pero ya estuvo, esta modita insoportable de los adolescentes idiotas ya duró demasiado, ya sufrimos lo suficiente como para pagar por todos nuestros pecados habidos y por haber con el simple hecho de vivir en el mismo puto sistema solar que esos pinches mocosos llorones. Y no es que sea intolerante o algo así, es la tristeza, la tristeza que me embarga cuando alguna de esas cosas se me cruza en la calle, la tristeza de preguntarme si a esto es a lo que ha llegado la humanidad después de miles de años de evolución, y la pinche vergüenza, la vergüenza que sentiría si una civilización avanzada hiciera contacto con la humanidad y al primero que se encontraran fuera un emo, también la verguenza sin paralelo que esos mismos emos van a sentir en unos diez años* cuando vean todas sus pinches fotos frente al espejo del baño con su celular en mano y mirada triste porque ese celular solo tiene 100GB de almacenamiento y que ponen en sus metroflogs, y lo peor es que no puedes decirles lo mucho que te decepcionan como seres humanos porque esas páginas sólo permiten que sus miembros dejen comentarios, para así asegurarse que los emos que ponen sus fotos no sean atacados psicológicamente y eviten darse cuenta de la realidad, en cambio, sólo sus amigos, tan pendejos como ellos mismos, pueden dejar comentarios, puros cumplidos obviamente, lo que hace que cada día haya más y más emos. Tenemos que actuar ahora, para evitar que al final yo sea el último pinche ser vivo normal y tenga que suicidarme al verme rodeado de emos.

*Aunque no... no creo que el mundo dure esos diez años, si esa civilización hace contacto con un emo, van a destruir el planeta sin pensarlo dos veces creyendo que todos somos así.

Fucking google me

Mis autoproclamados padres tenían la afición de mudarse cada tantos meses de ciudad, llevándome con ellos. Gracias a eso, pasé por innumerables escuelas, y conocí a muchas personas, con las que perdía contacto cada que me mudaba.

Siempre he tenido ganas de saber qué habrá pasado con todos ellos, con mis amigos de la niñez.

Cuando empecé a recibir visitas a este blog, se me ocurrió que tal vez algunos de esos amigos recordaran mi nombre, lo buscaran y llegaran aquí, eventualmente me contactaran y me contaran que pasó con sus vidas y con los demás. Siempre he querido saber cuántos de ellos terminaron embarazando a su novia a los 14 años, cuántas terminaron siendo putas a los 16 al ver que eso de la estudiada de plano no se les daba, cuántos terminaron siendo drogadictos (y a la vez, cuántos terminaron en la cárcel o muertos gracias a una sobredosis), o que mi novia de la primaria, hecha toda una mujer sensualmente desarrollada, llegara y me dejara un mensaje diciéndome que no ha podido olvidarme, que no deja de pensar y de tocarse pensando en mi cada una de sus noches solitarias. Sólo recuerdo que se llamaba Claudia.

Vamos, búsquenme, tengo curiosidad. Aquí estoy.