2007/11/07

Susie

Ejercicio para metatextos #6. Dedicado a mi maestro de sexto de primaria, quien era una persona sumamente rara, justo como las circunstancias en que murió y que me hacía escribir oraciones con una sola inicial y al no comprenderle, me dijo "Susie sobaba su sexo sobre su silla". Ojalá puedas leerlo desde allá abajo, grandísimo hijo de la chingada.

Susie sobaba su sexo sobre su silla, sobrevivía siendo sexoservidora (¡sórdido secreto!) Suplía sexo salvaje, satisfacción sin sospechas, supuestamente. Su sobrenombre: Sandy, sugiriendo su sensualidad. ¿Sublime seductora?, ¿simplemente sabrosa? sería sumamente sencillo simplificar su sugestivo sodomismo sin saber sus sinsabores, sin sopesar sus sufrimientos. Sólo su sorprendente soberbia superaba su soledad, su sepulcral silencio sin salida.

Sinceramente, sólo Salieri salvaba sus sufrimientos. Su sombra sempiterna subía sobre sobremesas sucias, sobre sobras saladas, subía sus sabios semitonos, sin saber sus segundos, sus siglos, su supuesta sagrada singularidad, su sobresaltada sinfonía.

Siendo suspicaces, Susie supondría serio susto. Sollozaba sofocada, siempre se sometía sumisa. Soportaba sus sudorosos señores solicitantes sentir sus suaves senos sin suplicar su salud. Sobreviviendo sin sentimientos, sin sueños, sólo sensaciones, soportándolo sin saber superar semejante sufrimiento.

...Susie, su situación sin salvación ¿su solución? suicidio, seguramente. Sería su salida. Sí... sí... sistemáticamente sacó su silenciador, sin salvas, siguiéndole seis sonidos sordos, su sanguinolenta silueta sin sentido se situó sola sobre su sucio sofá. Sintió su sien sucumbir, sentía su semblante sangrar. Su sangre siguió saliendo serpenteante, saciando su sádica sed.