2009/11/22

Quod ed demostrandum

Siéntense, pues están a punto de leer la más grandiosa historia que un humano ha contado, una historia de decepción, nostalgia, descubrimiento, miedo, y porno.

Todo comenzó cuando decidí revivir los recuerdos de las personas más ejemplares que he conocido, aquellos que prácticamente me criaron desde cero para ser lo que hoy soy: Las tortugas ninja.

Si crecieron en los ochenta, deben recordar a las Tortugas Ninja (Tortugas Adolescentes Mutantes Ninja siendo su nombre científico), quienes se dedicaban a pelear contra otros mutantes, ser tortugas, viajar a otros planetas/épocas/universos, ser adolescentes, comer pizza, ser mutantes, combatir el crimen, y ser ninjas, todo al mismo tiempo. No es de extrañar que personas tan notables fueran rápidamente descubiertas (aún siendo ninjas) y convertidas en un fenómeno mercadológico.

Al buscar su serie animada inútilmente en youtube, no tardé mucho en llegar a este sitio. Fue ahí dónde la iluminación descendió sobre mi como si fuera un candelabro mal instalado.

En tal lugar, fui informado que soy el ganador, nunca se me hizo saber qué gané exactamente, pero eso no importa, lo importante fue lo que tuve que hacer para ser el merecedor del etéreo premio.



Así es, sólo tuve que ser la persona número 13,210,177,865 en entrar a esa página, lo cual, modestia aparte, logré al primer intento (y de hecho sin intentarlo).

Mi suerte sólo fue menor a mi asombro, ya que ese número es bastante interesante para mi. Detengámonos a analizar un momento el fatídico número:

13,210,177,865

Trece mil doscientos diez billones ciento setenta y siente mil ochocientos sesenta y cinco.

¿Ya lo vieron?

¿No?

Ese número contiene todos los números del 0 al 9, excepto el nueve. Y el cuatro.

Tiene tres comas, cero dígitos decimales. Esto nos indica que es un número entero, e inusualmente grande.

También es casi el doble de la población terrestre.

Fue aquí cuando empecé a dudar de mi suerte, ¿cómo es posible que sea el visitante número 13,210,177,865?

Veo tres posibilidades:

1- Cada ser humano en la tierra ha visitado esa página 1.89747509 veces.
2- De alguna manera viajé a un futuro distante, donde las Tortugas Ninja son increíblemente populares y la población mundial a crecido de manera vertiginosa, si esto es cierto, mis cálculos me indican que debo de estar en algún punto del siglo veinticuatro.
3- El premio es una cruel mentira.

Descarté la primera posibilidad casi de inmediato. A pesar de los esfuerzos en el ramo de las telecomunicaciones, sólo una pequeña fracción de los humanos cuentan con computadoras, y una fracción aún menor, con acceso a Internet.

Respecto a la segunda posibilidad, aún no estoy totalmente seguro de que sea cierta. Una rápida inspección a mis alrededores me indica que todo se ve como lo era a principios del siglo 21, hasta el más pequeño detalle, incluyendo los adolescentes deprimidos porque no se pueden deprimir que usan cortes de cabello que impiden su visión en un 50% y la total escasez de autos voladores.

Obviamente la tercera posibilidad es risible.

Sólo me quedaba una opción, el hecho de aceptar que mis teorías estaban equivocadas y que siempre existió una cuarta posibilidad:

Estoy en el siglo 21, las Tortugas Ninja no son (tan) populares y la población mundial aún se encuentra al rededor de los 6,961,976,977.

Por lo tanto, los 6,248,200,887 visitantes que restan deben ser seres de otro planeta conectados a Internet, quod ed demostrandum.

La solución era tan simple y tan obvia que su simplicidad y su obviedad me sorprendieron como un candelabro cayendo sobre mi de nuevo.

A los extraterrestres que puedan estar leyendo este blog: No hay razón para seguir escondiendo su existencia, mi descubrimiento hará que la verdad sea puesta en evidencia, a menos claro, que prefieran ocultar sus hábitos informáticos ¿Bajan películas y música ilegalmente? ¿les gusta nuestro porno? ¿Nos estudian para descubrir nuestras debilidades y atacar en un sólo ataque fulminante?

...es el porno, ¿verdad?