La derrota y la calma del odio
Ahora entiendo por qué los medios electrónicos no ofrecen esa nostalgia que el papel ofrece. Últimamente he estado leyendo escritos míos de hace mucho tiempo, todos ellos electrónicos, todos ellos mediocres.
Quise destruirlos, destrozarlos. Pero un medio electrónico te niega el placer culpable de romper y destruir algo completamente. No siento el mismo placer al presionar un botón que al desgarrar una hoja de papel. Borrar un archivo no proporciona la satisfacción de romper algo físico, no proporciona los sonidos, las sensaciones, la derrota y la calma del odio.
No sólo la lectura debe ofrecer esas sensaciones, la escritura prácticamente lo exige. Un escritor sólo podría reflejar sensaciones mediocres sobre un medio que no ofrece ninguna sensación.
Un teclado no macha las manos de tinta fresca, no te pide rayar al olvido una palabra que no terminará siendo parte del escrito. Sólo presionar una tecla y se fue, ya no hay testimonio de tus equivocaciones.
Además, hay algo tan tonto en tener que imprimir algo para después desecharlo. Hay algo tan fútil en crear para después destruirlo.
Quise destruirlos, destrozarlos. Pero un medio electrónico te niega el placer culpable de romper y destruir algo completamente. No siento el mismo placer al presionar un botón que al desgarrar una hoja de papel. Borrar un archivo no proporciona la satisfacción de romper algo físico, no proporciona los sonidos, las sensaciones, la derrota y la calma del odio.
"Smell is the most powerful trigger to the memory there is.
A certain flower or a whisp of smoke can bring up experiences long since forgotten.
Books... smell... musty... rich. The knowledge gained from a computer is... it has no texture... no context. It's there and then it's gone. If it is to last... then the getting of knowledge should be tangible. It should be... smelly".
No sólo la lectura debe ofrecer esas sensaciones, la escritura prácticamente lo exige. Un escritor sólo podría reflejar sensaciones mediocres sobre un medio que no ofrece ninguna sensación.
Un teclado no macha las manos de tinta fresca, no te pide rayar al olvido una palabra que no terminará siendo parte del escrito. Sólo presionar una tecla y se fue, ya no hay testimonio de tus equivocaciones.
Además, hay algo tan tonto en tener que imprimir algo para después desecharlo. Hay algo tan fútil en crear para después destruirlo.
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